De momento solo artículos y alguna convocatoria. Prometo no dar mucho la chapa. Más patatas aquí: https://instabio.cc/Nurialabao
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Escribo con Pablo Carmona sobre la okupación y cómo la extrema derecha a través de sus campañas de pánico y alarma social busca construir un “pueblo propietario” de carácter autoritario que se aferre con violencia a sus bienes inmobiliarios, ante el miedo al descenso social. Aquí vuelve a poner en el centro la cuestión de la seguridad –que pretende criminalizar a los pobres y a los migrantes–.
En @Ctxtes.
Escribo sobre las políticas de cuotas que están colonizando las propuestas feministas y a quiénes son útiles, porque que algunas mujeres lleguen a puestos de mando no va a cambiar ni un ápice la situación laboral o vital de las que están situadas en la base de la pirámide, solo va a dar una pátina feminista a este sistema injusto. También trato de analizar la composición social del feminismo en España y a qué responde.
Por otra parte, el hecho de que el feminismo esté conformado de una manera tan transversal e interclasista vuelve difícil operar políticamente a las que pensamos que puede ser una palanca de transformación de lo existente, las que apostamos por un feminismo de las de abajo –o de clase– que busca la redistribución radical de la riqueza y del poder, uno que no se conforma con su 50% del infierno. (En Ctxt.es)
La fuerza del feminismo en este ciclo ha generado debates sociales imprescindibles pero también efectos indeseados si lo que se quiere es transformar la sociedad en un sentido radicalmente igualitario. Así, la Ley del Sí es sí ha terminado en una subida de penas y un refuerzo del sistema penal. Es momento que desde el feminismo de transformación nos replantearnos nuestras prioridades para evitar que nuestras luchas sean instrumentalizadas contra nuestros propios objetivos políticos. ¿Centrándonos en el sistema penal estamos dando lugar a un mundo nuevo o estamos legitimando las soluciones represivas que afectan más a los de abajo y sirven para reprimirnos? ¿Tenemos que ignorar las subidas de penas como si fuese un daño colateral de una ley supuestamente mejor o trabajar por acabar con las cárceles? ¿Hay que privilegiar la violencia sexual por encima de otras violencias que sufren las de abajo?
Sigo con la serie sobre las obsesiones demográficas de las extremas derechas, su relación con el nacionalismo y las políticas natalistas y racistas; así como sus consecuencias para el orden de género. Nos quieren obligar a reproducirnos y nosotras desertamos... Y por cierto, el feminismo emancipador solo puede ser uno no alineado con el frente natalista, maternalista o patriótico.
Un ejército de vientres al servicio de la nación: https://ctxt.es/es/20230301/Firmas/42498/natalidad-ayudas-vox-hungria-nuria-alabao.htm
Escribo sobre el fracaso de la Mordaza, lo que explica del contexto político actual y las dinámicas asumidas por el ala izquierda del gobierno para justificar su posición.
Esta misma mañana ha quedado descartada la reforma de la Ley Mordaza, cumpliéndose así la ley de hierro de las legislaciones represivas:
Las negociaciones han fracasado y el gobierno no está dispuesto a aceptar las propuestas de sus socios –ERC, Junts y Bildu–. Los puntos conflictivos son la prohibición de las pelotas de goma, además de las devoluciones en caliente que se quiere dejar para “más adelante”. Los otros elementos que bloquean las negociaciones son las “faltas de respeto” a los agentes y “la desobediencia”, dos herramientas clave que aumentan desproporcionadamente el poder de la policía. Muchos ciudadanos han sido sancionados simplemente por interrogar a los agentes cuando estos realizan identificaciones por perfil racial. No quieren que nadie controle a los controladores.
Todos estos puntos son importantes, pero según organizaciones de derechos humanos como Amnistía Internacional o No Somos Delito, la reforma tal y como está planteada ni siquiera termina con los aspectos más antidemocráticos de la Mordaza. Por ejemplo con la presunción de veracidad de los agentes, que posibilita la arbitrariedad en los procedimientos e impide la defensa efectiva de la ciudadanía. Eso no se va a tocar. Así que incluso de aprobarse la reforma, los derechos a la libertad de expresión, de reunión o de información seguirían estando socavados. Recordemos que en los últimos años, esta norma ha sido utilizada para la represión pura y dura de los movimientos sociales –el movimiento de vivienda del barrio madrileño de Carabanchel acumula más de 40.000 euros por parar desahucios–. Es fácil comprender el daño que hace a los colectivos y a los militantes una represión económica que puede ser incluso más dañina que la puramente judicial.
La promesa de derogación respondía quizás a otro momento político en el que todavía coleaban los restos políticos del 15M, las protestas que se levantaron contra los recortes y el propio gobierno de Rajoy que promulgó la norma. Hoy no parece ser una prioridad de un gobierno que además ha aprobado sus propias leyes represivas: la reforma de la sedición que penaliza los cortes de carretera o las ocupaciones de sedes bancarias –entre otros elementos–, además de la que convierte en delito tres hurtos en supermercados. Quizás solo es un indicador del nivel de reacción y retroceso que estamos viviendo y de la escasa capacidad de movilización de que disponemos para hacerle frente.
A este gobierno no le pedíamos que lo cambiase todo, solo que al menos nos dejase organizarnos y luchar por lo que es justo. Gane quien gane las próximas elecciones, todo apunta a que por el lado represivo, todo seguirá igual, o peor. Se cumplirá una vez más la ley de hierro de las legislaciones represivas: que una vez aprobadas, son inamovibles. (La normativa cívica de Barcelona tampoco ha sido derogada por el gobierno de Ada Colau que también se había declarado en contra.) Parece que ningún gobierno de ningún signo político renuncia jamás a incrementar su poder de control policial sobre la población.
Me entrevistan en La directa. (En català)
https://directa.cat/perque-hi-haja-justicia-feminista-lhoritzo-es-acabar-amb-el-capitalisme/
(Juro que no voy en pijama 😬)
"Quan es critica el feminisme o l’ecologisme perquè són lluites parcials o identitàries, o perquè estan parcialment institucionalitzades –que en part és cert– hem de respondre que són molt més, que tenen una gran potencialitat, però per a desplegar-ne tota la seua capacitat hem de portar la lluita de classes al seu interior. És a dir, una de les grans preguntes és com podem fer d’un moviment interclassista, com ara el feminisme, una ferramenta útil per a la transformació que trenque l’interclassisme i situe els interessos de les que estan més avall al centre, siguen pobres, putes, trans o migrants. Si només parlem de violència, que és molt important, però es mena tota la resta, i no parlem de la divisió sexual del treball o de les tasques reproductives, el feminisme no desplegarà tota la seua potència."
Escribo en Ctxt sobre demografía, una de mis recientes obsesiones, por ahí están pasando muchos discursos ultras (y ojo, que no solo ultras.)
Los discursos donde se mezclan el lugar de nacimiento, pero también la sangre o la cultura, son perfectos para desatar verdaderos terrores identitarios, azuzar la xenofobia y el racismo y tratar de reinstalar las jerarquías de género que pretenden devolver a las mujeres a su papel de reproductoras de la nación –blanca–. Estos elementos del “invierno demográfico” lo hacen fácilmente instrumentalizable por parte de estas opciones ultras en apoyo de su búsqueda de poder político.
Y aquí el link al artículo en mi blog por si lo queréis mover: https://nurialabao.blog/2023/02/14/del-meetoo-al-punitivismo/
Escribo con Ernest Cañada sobre las trabajadoras de residencia que pese a encargarse de una función social fundamental lo hacen sin medios o en jornadas eternas en las que no pueden atender a los ancianos en condiciones.
En todas estas profesiones feminizadas y desvalorizadas comprobamos cómo el capital acumulado por unos se cuenta en cuerpos descompuestos o rotos, en dolores físicos, en historias difíciles de migraciones, en abusos laborales y sexuales que dejan secuelas que tornan en sufrimiento psicológico, y a veces, soledad. Como dicen las voces de las trabajadoras: organizarse es una herramienta, no solo para mejorar las condiciones de trabajo, sino para tejer solidaridades que conjuren esos dolores del cuerpo y del alma que deja tras de sí la explotación.